Antes de enviar a Prometeo al Cáucaso, Zeus descendió del Olimpo para visitar a su hijo Hefesto (dios del fuego y de la herrería). Hefesto trabajaba el hierro en una oscura cueva subterránea de la isla de Lemnos. Hacía un calor insoportable pues el fuego siempre estaba encendido y el hierro estaba ardiendo. A Hefesto le gustaba su trabajo, él usaba su trabajo para aislarse de los demás dioses, que se reían de él porque era feo y cojo. Quedó sorprendido al ver a Zeus, ya que nunca recibía visitas.
Preguntó a su padre, Zeus, a qué había venido. Zeus dijo que Prometeo había subido en secreto al Olimpo y había devuelto el fuego a los hombres. Zeus estaba enfadado y quería escarmentar a los hombres, por lo que pidió ayuda a Hefesto.
Sin dudarlo, Hefesto ayudó a su padre. Debía crear a una mujer, pues la tierra aún no había sido pisada por ninguna mujer. Tenía que ser hermosa como Afrodita, que era la diosa del amor y poseía, una gran belleza. Cualquier mujer parecida a ella despertaría pasiones entre los hombres. Hefesto modeló con arcilla a la mujer. Su belleza era tal que Zeus quedó impresionado. Hefesto la llamó Pandora y portaría todos los dones.
Sin dudarlo, Hefesto ayudó a su padre. Debía crear a una mujer, pues la tierra aún no había sido pisada por ninguna mujer. Tenía que ser hermosa como Afrodita, que era la diosa del amor y poseía, una gran belleza. Cualquier mujer parecida a ella despertaría pasiones entre los hombres. Hefesto modeló con arcilla a la mujer. Su belleza era tal que Zeus quedó impresionado. Hefesto la llamó Pandora y portaría todos los dones.
Hefesto, para darle vida a Pandora, fue a soplar en su boca pero Zeus lo detuvo, pues éste llamó a los cuatro vientos para darle la vida. Pandora empezó a moverse cuando los vientos le soplaron. Zeus convocó a los dioses y les pidió para Pandora todos los dones posibles. Cuando Pandora recibió todos los dones, Zeus le dijo que ya podía ir junto a los hombres y le entregó un regalo. El regalo era una caja de oro la cual no podía abrir jamás.Zeus bendijo a Pandora y le dio un último regalo, él soplo sobre Pandora y le dio el don de la curiosidad.
Hermes, mensajero de los dioses, la llevó hasta la tierra y la dejó en la casa del titán Epimeteo. Éste era hermano de Prometeo, pero los dos eran muy diferentes. Epimeteo quedó hechizado por su belleza y decidió casarse con ella. Prometeo le dijo que no lo hiciera, que era un castigo de los dioses porque él mismo les había robado el fuego y estaban enfadados. Epimeteo no le hizo caso y se casó con Pandora.
Fueron felices durante un tiempo. Epimeteo era muy feliz pero Pandora no lo era del todo porque oía una voz en su interior que preguntaba que qué habría en la caja de oro. Antes de partir, Zeus le había colgado a Pandora una cadena de oro de la cual colgaba la llave que habría la caja.
Un día Pandora segada por la curiosidad abrió la caja y de ella salieron todas las desgracias. La venganza de Zeus se había completado. Desde el Olimpo Zeus estaba feliz y dijo que ahora ningún hombre engañaría a los dioses.
La Tierra había quedado aniquilada, pero lo último que salió de la caja fue una bendición. Hefesto la había puesto en la caja a escondidas porque amaba a Pandora y no quería que muriera. La bendición era la esperanza. Los hombres, a pesar de las desgracias, no se rindirian, siempre tendrían la esperanza de una vida mejor.